Junta de Adelanto de Arica

Arica, como región, ciudad y sociedad, experimentó hacia la segunda mitad del siglo XX uno de los episodios político-administrativos más relevantes respecto a la descentralización de la administración del erario nacional y toma de decisiones con vocación pública en Chile con miras hacia sus zonas extremas.

El otorgamiento de atributos arancelarios a partir de la promulgación del DFL 303 que creó el Puerto Libre de Arica (1953-1958), que posteriormente se complementó con la Ley 13.309 bajo la cual se constituyó la Junta de Adelanto de Arica (1958-1976), robusteció a una ciudad fronteriza hacía pocos años incorporada a la plena soberanía chilena post Guerra del Pacífico (1929).

Las funciones de la JAA se concentraron en lo macro, en descentralizar los servicios públicos con el fin de agilizar la solución de problemas en la zona, propiciar exportaciones, comercio, industria y turismo, no solamente a los espacios urbanos, sino que también extendiendo los brazos del desarrollo hacia las comunidades altoandinas de la región. La JAA estuvo dotada de importantes recursos provenientes de Puerto Libre, los que también fueron destinados al desarrollo de programas especiales de investigación e inversión en agricultura, ganadería y minería, siendo un referente inédito en sustentabilidad.

A nivel de su sociedad, Arica vivió un momento trascendental durante este período, en donde nada volvió a ser cómo antes: su población aumentó exponencialmente incidiendo en esto el arribo de población migrante de otras latitudes del país; a saber, gente de las oficinas salitreras que comenzaban a sucumbir ante los cambios económicos mundiales y nacionales,  trabajadores y familias provenientes de los valles del norte chico, viajeros provenientes del “Chile tradicional” centro-sur- campesino, a lo que se sumaba la fuerte y dinámica movilidad transfronteriza peruana y boliviana, conjunto que aderezó el tono de la vida en la frontera.

El incremento poblacional ariqueño no fue dejado a su suerte, al contrario, éste se presentó como una excelente oportunidad de dotar a la ciudad de una envidiable planificación urbana ajustada a los requerimientos de una población y comunidad en aumento, e inclusive con proyección en su crecimiento al futuro. Sanos experimentos “modernistas” mezclaron el desarrollo urbano y la arquitectura , con la dimensión humana respecto al bienestar social.

En conjunto, no sólo las obras, sino que también el capital humano y social, así como la experiencia acuñada en los años de gestión de la JAA, representan un hito significativo en la historia regional.

Esta página expone y difunde parte de su legado, concentrado especialmente en sus archivos, registros que se custodian y preservan en la universidad de Tarapacá a través del Archivo Histórico Vicente Dagnino [AHVD], principal centro de investigación y aprendizaje del pasado regional.

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